~~~Entrada programada~~~
La semana pasada (miércoles, jueves y viernes) estuvimos peleando con nuestro (ahora ex) compañero de piso. Hemos convivido unas 3 semanas pero la situación requería medidas drásticas.
Desde el principio no habíamos conseguido que nuestro compi cumpliera las normas básicas. Pero cuando su novia pasó a formar parte de nuestra vida en el piso, nos dimos cuenta de que no podíamos seguir siendo tan permisivos.
¿Por qué la gente confunde la amabilidad con la falta de carácter? A nosotros nos tomaron por tontos y pensaron que haríamos la vista gorda y los dos vivirían a sus anchas a nuestra costa solo porque fuimos amables para intentar llevarnos bien con él.
La educación que le habían dado a este muchacho parecía ser la de "vales más que los demás y eso te da unos privilegios". Me pregunto qué respuesta esperaba cuando nos dijo que "iba a seguir a su bola y se traería a la novia cuando quisiera". ¿Pensó que con amenazarnos nos habríamos achantado? Porque (cito textualmente) "si no podía traerla habría consecuencias".
Su cara de sorpresa cuando le dije que hiciera las maletas, que se iba, fue auténtica. Creo que contaba con "asustarnos".
No entiendo cómo las personas pueden abusar así de los demás y esperar que no se presente batalla.
Lo que seguro podemos decir es que si nos hubiéramos dejado él y la parásito de su novia habrían acabado por comernos vivos.
Su madre, una mala péco**, nos amenazó con denunciarnos porque, ¿cómo nos atrevíamos a cambiar la cerradura del piso de su hijo para que su hijo no entrara en su piso? Después llegaba la pregunta de "¿qué hacían queriendo entrar en un piso vacío cuando ya no era el chico inquilino?" Vaya, vaya, vaya, esa respuesta no gustó nada...
¿Por qué nos tratamos así? Los seres humanos necesitamos de otros seres humanos, ¿por qué ese afán por destruirnos?
A mí me ha servido para aprender y me siento muy orgullosa porque a pesar de que llegó con actitud de jefazo, que el piso era suyo y o mandaba o habría consecuencias solo hemos tardado 2 días entre que le dijimos que se tenía que ir y que se llevaran todas sus cosas. ¿Dónde ha quedado toda esa soberbia?
Si lo hubierais visto, sentado en el sofá, con su actitud regia, haciéndonos el favor de escucharnos como muestra de su gran generosidad pero diciendo que era su casa y que no importábamos os da algo.
A pesar de que parecía de color de hormiga, la casera ha estado de nuestra parte y hemos extirpado el cáncer antes de que se extendiera y nos envenenara.
Poco queda ya de ellos, salvo una anécdota y la satisfacción de haber, al menos esta vez, derrotado a alguien acostumbrado a ganar por ser hijo de vete tú a saber quién (porque ninguno conocemos a su padre, pero que por su actitud parecía ser hijo de como poco presidente del planeta Tierra).
Pronto volveré y os traeré entradas jugosas e interesantes. Gracias por pasar por aquí <3